Gritar que ahora lo entiendes, y que has sido demasiado idiota dejándolo estar. De tus entrañas solo sale miedo. Miedo a que nunca recuperes tus fuerzas, a que nunca te atrevas a gritar, a que ya sea demasiado tarde.
Pero ya es demasiado tarde para dejarlo estar. Solo queda ir hacia adelante. Pero te da igual. Porque a veces el único camino posible, es el único que te llevará a ser feliz. A vivir.
Buscas en el interior de tu mente la x que resuelva la ecuación. La de tu felicidad. Y descubres, que esa x, desde hace tiempo, tiene nombres y apellidos. Y sabes que es ella, quien ha sabido guiarte en la vida. Quien ha estado cuando nadie ha estado. Quien ha sido capaz de hacerte sonreir cuando nadie más lo era.
Y entiendes que tu felicidad depende de la suya. Porque quieres hacerla feliz. Porque necesitas hacerlo. Porque sin su sonrisa, la tuya no es posible.
Sigues viviendo, a pesar de la revelación. Sufres. Se escapa...Estiras el brazo, pero no consigues alcanzarla. Está demasiado lejos. Lloras.¿Por qué sufrir?Entonces piensas...
Quizás el sufrimiento sea el camino hacia la felicidad.