lunes, 9 de abril de 2012

Guarda un poco de tu amor para mí.

Momentos que te persiguen. Día sí, y día también.Conjeturas originadas en tu mente. Ciertas. El dolor del engaño. El sentimiento de estupidez, originado por ese continuo e inevitable hecho. Frío viento de primavera sobre mi cara. Seca las lágrimas. Apaga la vida. O el sinvivir.


Manos entrecruzadas escondiéndose de tu mirada. Pero las ves. Inevitable el engaño. 


La misma impotencia invade tu alma. Ves la situación. Se te escapa, cada día un poco más. Necesito hacer algo. ¿como?, es imposible. Desesperación.


Recuerdas cuando todo era sencillo. ¡Vuelve al pasado! Demasiado tarde. Trata ignorar el dolor. No siempre es posible. Tú mirada inconsciéntemente busca el dolor de esa mano abrazando a otra mano ajena a tu cuerpo. Ese "te quiero" destinado a otra persona. Duele el corazón. Duele el alma.


Pasa el tiempo. Pasan los años. ¿Redención? Quizás la oportunidad de volver a sentir algo distinto al dolor. De recordar el significado de la palabra "amor". De enmendar tus errores. De destacar sus errores. Aprender a dar la vida, a querer para siempre. Llegan las dudas. Precipicios demasiado altos. Recuerdas. Lloras. 


Similitudes. Pero también diferencias. Parecía algo muy grande. Te demuestras a ti mismo, que ahora no solo lo parece. Lo es. El mundo contra ti. Tiempo de medir la fuerza de ese sentimiento. Te rindes cuando tu alma comprende que no merece la pena. Quizás ahora la merezca, entonces. 



                   Pero siempre queda el miedo...
          ...al desamor, a la vida sin tí.