sábado, 8 de julio de 2017

Ella.


Ella no entendía que en la vida nadie dice “lo siento” antes que “te odio”. Ella era intensa, tenía un corazón que no le cabía en el pecho. Era valiente, y sabía serlo. Era capaz de ayudarte aunque no fuese a beneficiarse de ello. Porque dentro lleva luz. Con una sonrisa era capaz de iluminar el más gris de tus días. Porque perderse en una conversación con ella era encontrar el dorado.

Sabía hacerse adictiva, hacerse indispensable. Entendía el sufrimiento, y por eso sabía como no hacértelo entender. Porque ella no era como los demás. Ella nunca hacía algo que no quisiera que le hicieran. Sabía ser sentimental, mirarte con tanta profundidad que entendías al instante que te entendía, y que lo sentía. Pero también era divertida. Era una noche de verano. Imprevisible, impensable. Indispensable. Hace que te sientas afortunado por estar cerca. Consigue que quieras saber cada día más, conocerla tanto como puedas. Necesitas hacerle entender todo, hacer que vea la suerte que es tenerla. No todo el mundo es como ella, no todos son luz. Y a la oscuridad le cuesta aceptar la luz. Por eso intenta hacerle entender que no es buena, que hace cosas mal. Y a la luz le cuesta entender la oscuridad, y cree poder tener la culpa de todos esos problemas.

Por eso ella necesita escuchar que la gente ve su luz. Que consigue iluminar días grises, y que la suerte es poder disfrutar de ella. Porque nadie va a decirle eso, por mucho que lo merezca, por mucho que lo necesite.

martes, 17 de julio de 2012

Vivir en una película.

La mayoría de las veces, las películas tratan de plasmar en las pantallas de los telespectadores la realidad que podría vivir cualquier ser humano en un momento determinado. Por ello el cine nos transporta a ese mundo paralelo en el que todos deseamos vivir, disfrutando en primera persona de las desventuras que nos narran aquellas historias en la gran pantalla. La cuestión es...¿es eso posible? ¿La "ficción" de las películas nace de la realidad, o ambas carecen de ese enlace lógico?

En definitiva...¿es posible vivir una película?

Mucha gente pensará que sí. Otros pensarán que no. Y yo, simplemente pienso que es cuestión de suerte. Y de oportunidades. De saber elegir el momento. De aprovechar la ocasión. De tener esos "veinte segundos de coraje" necesarios para dar ese paso adelante, y atreverse a dar inicio al sueño, a la película. Y, a veces, la vida te sorprenderá. Te compensará.

Lo hará con momentos inolvidables. Puestas de sol que envuelven de magia el entorno. Palabras y sonrisas que iluminan el alma. Música de fondo, como en las mejores producciones de Hollywood. En definitiva, vivir aquella película. Vivir aquello que muchos consideran imposible. 

Reflexionando, es fácil llegar a una conclusión. Son momentos posibles. Y, esas ansias de vivir momentos así, indican que estos, suelen ser felices. Porque todos hemos visto una película y hemos pensado aquello de: "Ojalá eso me pasara a mí". 

Por ello, quizás la clave para ser feliz, sea vivir en una película. Vivir cada día como si fuera la mejor de las escenas, y disfrutarlo como si mañana los focos se apagaran, y las cámaras dejaran de grabar. 

Y nosotros...¿vivimos una película? Sólo tu y yo entendemos lo que pasó. Sólo tu y yo vivimos aquella escena. Junto a otras, propias de las películas... 
Dime...¿no eres feliz viviendo una de nuestras pasiones? 

Quiero escribir el guión de la mejor de las películas. La mejor jamás contada. La historia de nuestras vidas. De un juego feliz, ¿Recuerdas? Sin miedos. Sin más deberes que sentir, y sonreír. Juntos. 

martes, 19 de junio de 2012

Despertar.

Ojos cerrados. Sólo escuchas el fuerte sonido de tu respiración. Inspiras, impregnando tus pulmones de todo el aire que éstos son capaces de absorver. Tras varios segundos de apnea, lo sueltas todo de golpe. Rareza. Te preguntas: "¿Estaba soñando?". Cada día tus sueños parecen más reales. Suena el despertador, y abres lentamente los ojos, maldiciendo ese horrendo sonido que te despierta cada mañana. Tras apagarlo, haces memoria.  ¿Donde estoy? ¿Qué ha pasado?...

Recuerdas. ¿Es real?  Parece ser que sí. Te levantas, y vas corriendo a la habitación donde, si la confusión entre sueño y realidad no te juega una mala pasada, debe de estar. Si que está.

Apenas la ves, acurrucada en su cama, bajo la oscuridad otorgada por la madrugada, sonríes. Parece que lo nota, puesto que se acurruca un poco más.

Real o no, es algo que está acabando. Pero eso no te va a prohibir un final feliz. Te acurrucas a su lado, en la cama, y mientras la abrazas...

                     ..."Buenos días, princesa"...                                   

Ella te sonríe, mientras tú te aseguras de ser lo primero que sus labios toquen ese día. El día que nunca quisiste que llegara. El día que, por intentar evitar su llegada, hizo que desearas la noche anterior que el tiempo se detuviera, al menos un segundo. Solo uno.

Todo sigue en tu cabeza. El inicio. La emoción. La sensación de haber ido de menos a más. Nuevas experiencias. Diversión. Pasión...

Felicidad. 

Miles de momentos inolvidables. Formas de superar. De acabar con todo lo malo. De demostrar que siempre hay algo mejor. Mucho mejor. 

Comienzas a recordar cada instante. A guardarlo en tu memoria, creando una especie de caja fuerte que nadie podrá romper nunca. Porque pase lo que pase, esto no te lo quita nadie. Todo lo vivido, esa semana, durante meses...es algo imposible de arrebatar. ¿Cuando la volverás a ver? ¿Que será de la vida entonces? Duras preguntas, con difíciles respuestas.  

Es entonces cuando recuerdas tu vida, y el juego al que ambos prometisteis jugar. Jugar a vivir, a ser felices. Parece ser que todo está saliendo a la perfección. Parece ser que el juego da sus frutos. Y te revelas a ti mismo el secreto de tu felicidad. El por qué todo ha cambiado ahora. Aquello que ahora ves, y que nunca habías percibido.

La vida se llena de incógnitas. Siempre lo hace, y siempre lo hará. Sin embargo... ¿Qué más da?
Quiero jugar, quiero vivir. No saber si la tirada saldrá bien   o mal. Si ganaré o perderé. Si tocará caer estrepitosamente, o subir hasta llegar a rozar el cielo con la yema de los dedos. ¿Qué más da, si lo que he vivido hasta el momento, es aquello que, al fin, te ha hecho feliz?

Conforme se acerca el momento, intentas disfrutar cada segundo. Saborear cada beso como si fuera el último. Acariciar cada poro de su piel para poder recordar cada parcela de su cuerpo en tu memoria. Alargar el tiempo.

Echar de menos...

Siempre se echará de menos. Cada vez más, si piensas en como te vas acostumbrando a su mirada, a su forma de ser...a estar a su lado. Es duro, sí. Pero... no sientes el abandono que el mundo espera que te haga llorar. Quizás sea porque, en el fondo...sigue en mi interior, en mi ser.

Foto: Marta R. Sanz
Quizás, debido a la intensidad de lo vivido...sea recordando, rememorando cada sonrisa, cada instante...cuando al pasear por cada lugar que juntos hicimos especial, eche de menos esos instantes. Pero prefiero pensar en los muchísimos más que nos quedan por vivir.

Parece que todo el mundo habla como si hubiera sido el fin. Yo...

Siento que todo acaba de comenzar.


Pd: No tengo palabras para agradecer todo. Cada instante que me has regalado. Cada sonrisa... Cada beso. Toda esta locura, que ha acabado siendo un sueño del que no quiero despertar. Un sueño que SIEMPRE seguirá vivo dentro de mi.

"Hacer de esta semana la mejor de nuestras vidas..."  ¿Lo recuerdas?
Quizás sea tarde, tras tantos meses desde esa frase, desde el día en que todo empezó. Pero tarde o temprano... has sido CAPAZ de superar el reto.


Te quiero.


sábado, 2 de junio de 2012

¿Sabes lo que quiero ahora mismo?

Penas a las que un corazón demente ahora puede hacer frente. Momentos soñados, ahora recubiertos por una dulce capa de sensación de felicidad. Planes improvisados. Retos en los que se apuesta un sentimiento. Retos ganados.


Relojes, que se detienen veloces por culpa de las voces que aúllan desde un corazón. Suaves caricias sobre el rostro. Delicadeza. Amor, que se asoma por cada poro de una piel concentrada en besar tus dulces labios de miel. Miedo transformado en "te quiero". Un grito a voces, sin voces. Mentes conectadas. La seriedad repleta de felicidad que esconde el inicio de un beso.

Perder la noción del tiempo. Recuperar la emoción del momento.

Momentos de inspiración. En ellos tu mente flota y se cubre de ideas, de deseos. Instantes únicos. Instantes que dejen huella en tu mente, en tu corazón. Instantes que seas incapaz de olvidar. Coleccionar sonrisas. Tus sonrisas.


       ¿Sabes lo que quiero ahora mismo?
             Que actives mis Sentidos. 


      Que mis dedos se deslicen por tu suave piel.
      Que mis ojos observen tu belleza.
      Que el olor de tu perfume llene mis pulmones.
      Que mi boca recuerde el sabor de tu boca...
          Que mis oídos escuchen un "te quiero" 
                 proveniente de tu corazón

domingo, 20 de mayo de 2012

365.

Los mejores momentos de una vida, no se suelen disfrutar sabiendo que lo son. Es desde el futuro, echando la vista atrás, cuando nos damos cuenta de los momentos, quizás ridículos, quizás excepcionales, que dieron un completo giro a nuestra vida.

Hace ahora un año, estaba envuelto en la locura que significaba el cambio que iba a suponer todo en mi vida. Selectividad, universidad... sonaba todo tan incontrolable, tan impredecible...
Siempre me gustó imaginar en aquel momento, lo que sería de mi en un día como hoy. Hubiera cabido esperar, dada mi tendencia a pensar en lo impensable, que me hubiera podido imaginar en una situación como esta. Sin embargo, no dio lugar a eso. Porque ni en mis mejores sueños, podría haber previsto todo lo que "tengo" ahora.

Y es que, no nos damos cuenta, pero cuesta mucho pasar doce hojas del calendario. 365 días, son muchos. Para mí suficientes como para desquiciar a cualquier persona. O quizás no a cualquiera. Porque tú has sabido soportarme cada uno de esos 365 días. Literalmente, a cada instante casi. Cualquier otra persona, no lo habría soportado. Muchas se han retirado de mi vida mucho antes de llegar a esta cifra. Otras no... pero nadie llegando hasta donde tú lo has hecho. O mejor dicho, de la forma en la que tú lo has hecho.

Porque conforme mi vida fue cambiando, tú fuiste entrando en ella. Dándome la compañía que tanto me faltó en muchos momentos. Y ayudándome a ver lo especial que podías llegar a ser para mí. Lo especial que ahora eres para mí.

Casi sin quererlo, en los sitios más inapropiados, hemos escrito recuerdos que perdurarán para siempre.

Es difícil llenar un corazón roto. Y más difícil es hacerlo como tú lo has hecho. No solo recomponerlo, si no también ayudar a una mente desquiciada a pensar que quizás haya una salvación. Que las casualidades existen, y son tremendamente especiales. Que los momentos mágicos nacen de tonterías, o de espasmos de valentía.

Sonrisas mágicas. Paseos para recordar. Noches que enamoran. Pasión, locura, estupidez. Felicidad. Amor.

Cosas que nadie suele dar. Cosas que tú me has dado. Y lo has hecho con tranquilidad. Con paciencia. Me has enseñado a no hacer caso al mundo, y a seguir a mi corazón. A quererte con locura, y a soñar momentos felices a tu lado, para luego buscar hacerlos realidad. Y, sobre todo, a dejar atrás el miedo a querer, no solo recuperando sensaciones, sentimientos. Si no yendo más allá.

Un día hace mucho tiempo, prometí no volver a sentir lo que ahora siento. O quizás simplemente me hice jurar a mi mismo que no lo reconocería, al menos no abiertamente al mundo. Pero, después de todo... supongo que me da igual.

Contigo todo puede ser especial. Todo puede ser eterno. Y esas mariposas que muchos sienten en el estómago, a mi también me hablan. Me dicen que no tenga miedo, que todo saldrá bien. Y si hablan de ti, no dudo en que todo saldrá.

Por ello no tengo miedo ya, y me da igual la reacción del mundo ante mi revelación. Mundo, abre los ojos. Activa tus sentidos, tus oídos. Esta vez la vida no me ha ganado. Un año junto a la persona más maravillosa de mi mundo. Capaz.


 Gracias por recordarme el significado de la palabra "amor".Por ser mi besuguilla de alelí Por hacer de mi vida un frenesí. Por hacerme sentir esta sensación ahora mismo. Esta misma que me hace decir ahora mismo, que...

                            Estoy completa e irreversiblemente enamorado de ti.          


Pd: Que esto sea el principio de todo. Y que nunca deje de ser un juego, nuestro juego. Querernos para siempre. ¿Capaz o incapaz?     

domingo, 6 de mayo de 2012

Los sueños también pueden hacerse realidad.

Si superas tus peores pesadillas. Si dejas de temer a la adversidad. A seguir el camino extraño, a completar el sendero. Porque quien no se arriesga, no gana. Quien da algo por imposible, no llega a su tope, y, por tanto, a su meta. Por todo ello, la clave es la lucha, el esfuerzo. Porque contra mejor es algo, más cuesta llegar a ello. Y contra mayor es el sufrimiento, mas dulce es la victoria.

Así pues, buscaré subir la escalera que me lleve al cielo, tu cielo. Buscaré mi felicidad, mi sueño. Porque soñar no es algo que solo se pueda hacer en una cama, mientras duermes. Si crees eso, estás perdido. Por ello yo lo estaba, hasta que soñé con los ojos abiertos. Con el alma despierta. Y gracias al esfuerzo, llegó la revelación.

Por: Marta R. Sanz
Mi sueño, tu sueño...nuestro sueño. ¿Caminos paralelos? Quizás coincidentes.  Porque el destino nos debe una. Y siento que esto, me da lo que antes me fue arrebatado. Esperas que merecen la pena. Momentos en los que vale la pena apostar la vida, la felicidad, un todo. Si dudas, es porque no es el momento. Si dejas de hacer sonreir, pierdes. Si no, quizás ganes. Llenar vidas de amor, de sonrisas. Completar personas. Ser feliz.


Momentos inolvidables. Confesiones nocturnas. Nervios al leer. Sonrisas al escuchar. Escribamos nuestro propio libro,  leámoslo juntos. Sonríe conmigo, y yo contigo. Quiéreme...si te atreves.