domingo, 20 de mayo de 2012

365.

Los mejores momentos de una vida, no se suelen disfrutar sabiendo que lo son. Es desde el futuro, echando la vista atrás, cuando nos damos cuenta de los momentos, quizás ridículos, quizás excepcionales, que dieron un completo giro a nuestra vida.

Hace ahora un año, estaba envuelto en la locura que significaba el cambio que iba a suponer todo en mi vida. Selectividad, universidad... sonaba todo tan incontrolable, tan impredecible...
Siempre me gustó imaginar en aquel momento, lo que sería de mi en un día como hoy. Hubiera cabido esperar, dada mi tendencia a pensar en lo impensable, que me hubiera podido imaginar en una situación como esta. Sin embargo, no dio lugar a eso. Porque ni en mis mejores sueños, podría haber previsto todo lo que "tengo" ahora.

Y es que, no nos damos cuenta, pero cuesta mucho pasar doce hojas del calendario. 365 días, son muchos. Para mí suficientes como para desquiciar a cualquier persona. O quizás no a cualquiera. Porque tú has sabido soportarme cada uno de esos 365 días. Literalmente, a cada instante casi. Cualquier otra persona, no lo habría soportado. Muchas se han retirado de mi vida mucho antes de llegar a esta cifra. Otras no... pero nadie llegando hasta donde tú lo has hecho. O mejor dicho, de la forma en la que tú lo has hecho.

Porque conforme mi vida fue cambiando, tú fuiste entrando en ella. Dándome la compañía que tanto me faltó en muchos momentos. Y ayudándome a ver lo especial que podías llegar a ser para mí. Lo especial que ahora eres para mí.

Casi sin quererlo, en los sitios más inapropiados, hemos escrito recuerdos que perdurarán para siempre.

Es difícil llenar un corazón roto. Y más difícil es hacerlo como tú lo has hecho. No solo recomponerlo, si no también ayudar a una mente desquiciada a pensar que quizás haya una salvación. Que las casualidades existen, y son tremendamente especiales. Que los momentos mágicos nacen de tonterías, o de espasmos de valentía.

Sonrisas mágicas. Paseos para recordar. Noches que enamoran. Pasión, locura, estupidez. Felicidad. Amor.

Cosas que nadie suele dar. Cosas que tú me has dado. Y lo has hecho con tranquilidad. Con paciencia. Me has enseñado a no hacer caso al mundo, y a seguir a mi corazón. A quererte con locura, y a soñar momentos felices a tu lado, para luego buscar hacerlos realidad. Y, sobre todo, a dejar atrás el miedo a querer, no solo recuperando sensaciones, sentimientos. Si no yendo más allá.

Un día hace mucho tiempo, prometí no volver a sentir lo que ahora siento. O quizás simplemente me hice jurar a mi mismo que no lo reconocería, al menos no abiertamente al mundo. Pero, después de todo... supongo que me da igual.

Contigo todo puede ser especial. Todo puede ser eterno. Y esas mariposas que muchos sienten en el estómago, a mi también me hablan. Me dicen que no tenga miedo, que todo saldrá bien. Y si hablan de ti, no dudo en que todo saldrá.

Por ello no tengo miedo ya, y me da igual la reacción del mundo ante mi revelación. Mundo, abre los ojos. Activa tus sentidos, tus oídos. Esta vez la vida no me ha ganado. Un año junto a la persona más maravillosa de mi mundo. Capaz.


 Gracias por recordarme el significado de la palabra "amor".Por ser mi besuguilla de alelí Por hacer de mi vida un frenesí. Por hacerme sentir esta sensación ahora mismo. Esta misma que me hace decir ahora mismo, que...

                            Estoy completa e irreversiblemente enamorado de ti.          


Pd: Que esto sea el principio de todo. Y que nunca deje de ser un juego, nuestro juego. Querernos para siempre. ¿Capaz o incapaz?     

No hay comentarios:

Publicar un comentario